El desarrollo de proyectos audiovisuales, además de constituir la primera etapa del proceso de producción, destaca por ser aquella en la que se toma la decisión más importante: el tipo de contenido a producir. En este punto, el productor puede optar por adquirir un formato internacional de éxito y adaptarlo a un mercado determinado, o bien crear una fórmula original apoyándose en su propio equipo de I+D+I. El presente artículo analiza de un modo pormenorizado tanto el proceso de compra de formatos de entretenimiento como el diseño de proyectos originales, fase crucial y previa a la producción del contenido. En ambos casos, esta etapa debe entenderse como un proceso creativo que requiere de tiempo e inversión, pues de su correcto desarrollo dependerá en buena medida la calidad y el éxito del producto audiovisual.